Conoce a Dewey leemáslibros, el gato que inspiró el título de mi blog


4 de marzo de 2017

BROOKLYN de Colm Tóibín, sobre la migración irlandesa años 50


“Eilis había supuesto que viviría en la ciudad toda la vida, como su madre, que conocería a todo el mundo, tendría los mismos amigos y vecinos, la misma rutina diaria en las mismas calles.

Esperaba encontrar trabajo en la ciudad y después casarse, dejar el trabajo y tener hijos.

Y ahora se sentía como si hubiera sido elegida para algo y no estaba en absoluto preparada, y eso, a pesar del miedo que la invadía, le provocaba un sentimiento, o más bien una serie de sentimientos, que creía debían de ser los que experimentaría cuando se acercara el día de la boda.”
Década de los cincuenta, Eilis Lacey vive en un pueblecito irlandés (Enniscorthy, Condado de Wexford) con su madre y su hermana Rose. Necesita encontrar trabajo para ayudarlas con los gastos y por eso, cuando el padre Flood, un viejo conocido de la familia se lo consigue, Eilis no duda en aceptar. Aunque todo parece perfecto hay una pequeña pega: tendrá que dejarlo todo para irse a Brooklyn, uno de los distritos más poblados de Nueva York, y allí empezar una nueva vida sola, en una ciudad desconocida de un país desconocido.

Empleada en unos grandes almacenes, estudiando contabilidad en sus ratos libres,  se irá adaptando a un nuevo clima, nuevas costumbres, nuevas amigas,  y conocerá a Tony, un italiano bien avenido del que se enamorará o creerá enamorarse.

Y cuando ya todo parece estar en su lugar, el destino empezará a hacer de las suyas y Eilis se verá obligada a regresar a su Irlanda natal.

¿Que le esperará a Eilis en Brooklyn? ¿Se arrepentirá de haberse marchado?

11 de febrero de 2017

“PATRIA” de Fernando Aramburu, la crónica de una muerte anunciada



“Les meten malas ideas y como son jóvenes, caen en la trampa.

Luego se creen unos héroes porque llevan pistola. Y no se dan cuenta de que, a cambio de nada, porque al final no hay más premio que la cárcel o la tumba, han dejado el trabajo, la familia, los amigos.

Lo han dejado todo para hacer lo que les mandan cuatro aprovechados. Y para romperles la vida a otras personas, dejando viudas y huérfanos por todas las esquinas.”
Esta es la historia de dos familias vascas durante más de 30 años, que fueron una vez vecinas y amigas inseparables, que tiempo después se vieron enfrentadas y separadas por el terror etarra. La una víctima, la otra verdugo, en bandos distintos, unos que mueren y otros que matan.

La de Bittori, ha sufrido el asesinato de su marido, el Txato, a manos de la banda armada. Un empresario guipuzcoano que pagaba religiosamente el impuesto revolucionario hasta que dejó de hacerlo, cuyo único delito fue proporcionar puestos de trabajo en el pueblo, y no amilanarse ante las amenazas de ETA. En definitiva, un buen hombre.
ETA, organización armada para la revolución vasca, se dirige a usted para reclamarle la entrega de veinticinco millones de pesetas en concepto de aportación al mantenimiento de la estructura armada necesaria en el proceso revolucionario vasco hacia la independencia y el socialismo. De acuerdo con los datos reunidos por los servicios de información de la organización, etc.
Y la de Miren, que tiene a uno de sus hijos en la cárcel, Jose Mari, presunto autor de diversos asesinatos, que defiende orgullosamente la causa armada y es defendido igualmente por todos los suyos.
Unos hemos oído la llamada de la patria. Otros se dedican a llevar una vida cómoda y a pasarlo de puta madre. Supongo que siempre ha sido así. Unos se sacrifican, otros se aprovechan. -¿Quién hace vida cómoda? -Yo desde luego que no. -Hago programas de radio en euskera, escribo libros en euskera, ayudo a nuestra cultura. Es mi manera de aportar algo a nuestro pueblo, pero algo constructivo, sin dejar a mi paso un montón de huérfanos y viudas.
Un testimonio convincente de una época sufrida en España y Euskadi, que puede ayudar a comprender como se sentían  y vivían las familias extorsionadas y atemorizadas por los crímenes de esta organización terrorista. Un retrato fiel y cercano de la sociedad vasca durante esos interminables años del siglo XX.

¿Recuperarán algún día ambas protagonistas su antigua amistad perdida?

22 de diciembre de 2016

"TODO ESTO TE DARÉ" de Dolores Redondo


“Él mismo lo había experimentado, porque sabía que escribir surge de la necesidad humana, de la penuria del alma, de un hambre y un frío por dentro que sólo se calma, temporalmente, escribiendo.

Con la mirada perdida en la blancura de las hojas se preguntó en qué momento lo había descuidado, había olvidado que la escritura nace de la pura miseria, del dolor inconfesable, de los secretos que morirán con nosotros, porque la magia consistía en insinuarlos sin mostrarlos jamás, sin dejar que la desnudez del alma se convirtiese en pornografía de las emociones”
Suena el timbre de la puerta, hay dos policías en el rellano con cara de circunstancias, y ello no puede augurar nada bueno, seguro que son portadores de malas noticias. Y así es…,  Álvaro ha fallecido en un accidente de tráfico en Galicia, mientras él le creía en Barcelona.
Necesitaba calor para llorar, o al menos alguna clase de apasionamiento; el frío ártico que había inundado su casa le había congelado parcialmente el corazón. Habría deseado que lo congelara del todo, que el fantasma gélido que había invadido su hogar hubiera sido capaz de quebrar en su avance las fibras del músculo dudosamente útil que latía en su pecho.
Después de 15 años viviendo juntos, Manuel, un escritor madrileño conocido, pensaba que lo sabía todo sobre Álvaro, creía conocer a su pareja, pero nada más lejos de la realidad. Su muerte le ha convertido en heredero de una fortuna que desconocía y le ha presentado a su familia, una de las más importantes e influyentes de Galicia. Grandes terratenientes, ligados desde cientos de años atrás a los poderes de la Iglesia y con importantes títulos nobiliarios.
Porque en su puta familia no hay yonquis, ni puteros, ni violadores y, si los hay, procuran que las cosas se vean siempre desde el lado más bonito, y lo peor es que ni siquiera tienen que pedirlo; ha sido así durante siglos y así continúa. Son los Muñiz de Dávila, hay que hacerles el favor.
El caos se ha adueñado de su vida, pero a Manuel no le queda más remedio que  visitar a sus parientes políticos en As Grileiras, el pazo (ahora su pazo) en Lugo.
Se sentía casi enfermo y sabía que la razón que le sostenía, el pequeño y feroz cimiento que le sustentaba, era la ira. La sentía hervir en su interior a fuego lento, destilándose amarga por un alambique de frágil cristal que la condensaba en gotas de puro veneno que pugnaban por convertirse en el único alimento para su alma.
Todos le reciben con bastante hostilidad, todos salvo su cuñada Elisa y su nuevo sobrinito Samuel, con los que congenia desde el principio. Gota a gota le van llegando retazos desconocidos de la infancia y adolescencia de su marido, de la relación con sus padres y hermanos, del rechazo por parte de algunos a su condición sexual.

Nogueira, un exguardia civil ya retirado que vive en la zona, le explica a Manuel que quizás la muerte de Álvaro no haya sido un accidente y que tal vez pudiera estar relacionada con una serie de sucesos acaecidos en el pasado. Juntos empiezan a investigar, acercándose poco a poco a la verdad y en contra de todo pronostico, Manuel recupera la alegría de vivir y vuelve a centrarse en escribir su nuevo libro.
La confusión inicial, la sensación de descontrol que había experimentado en los primeros días, se veía ahora compensada por la indolente placidez que suponía aceptarlo, asumir que daba igual, porque Álvaro había arrastrado en su muerte cualquier sentido que hubiera podido tener diferenciar un día de otro. Asumirlo le proporcionaba paz, admitirlo suponía aceptar el vacío, abrazar la nada, una nada piadosa en la que podía vivir sin que el dolor le arrancase el alma a mordiscos.

¿Por qué razón Álvaro le habría ocultado todos los detalles más importantes de su antigua vida, de su familia?¿Es que acaso se avergonzaba de él?